sábado, julio 28

Veganismo, El Valor de Ser Justo.

En un principio al igual que muchos otros defensores de los animales, me incliné por el vegetarianismo por considerar esta opción como la única viable y realmente coherente con lo que yo sentía en ese momento. Sin embargo no puedo evitar mencionar que no me hice vegetariano por que las verduras fueran de mi absoluta predilección, tuve que aprender a comerlas, a cuidarlas y respetarlas como se merecen, después de todo son las que me permiten hoy en día estar vivo.

También, cuando logré mi total conversión el vegetarianismo extrañamente no logré sentirme totalmente complacido. No estaba tranquilo a pesar de las expectativas que había tenido durante mucho tiempo acerca de mi nutrición espiritual. Estaba insatisfecho.
Entonces decidí volver a prepararme para una nueva conversión de mi persona, de mi personalidad, mis costumbres, etc. No se como será en el caso de tantos otros veganos o vegetarianos, pero cuando uno pretende lograr cambios profundos en la persona, es para mi, igual que cambiarse de casa. Primero tienes que buscarla, prepararla, arreglarla, amoblarla y luego te cambias. Para llegar obviamente a un lugar cómodo donde no tendré ni razones ni motivos para cambiarme otra vez. Es así como luego de una larga preparación, de muchos meses de probarme y cuestionarme cosas, reflexionar y discutir tantos puntos que hasta ese entonces no me había cuestionado. Como el utilizar lana o medicamentos, además de muchas otros productos como la miel o sencillamente saber si iba a estar preparado para vivir 24 hrs. al día infranqueable ante las tentaciones de babilonia, dirían los hermanos rasta. Finalmente aquí estoy, creo yo un vegano hecho y derecho, tal vez sea mucho mi orgullo como para estar diciendo esto, pero creo que después de mucho tiempo y mucho pensar, me siento totalmente satisfecho con mi estilo de vida, no es como cuando tienes 15 años y te la pasas pensando todo el día en cual estilo te vendría mejor, con que ropa te vas a sentir mas cómodo o como representar la música que escuchas, hoy en día me siento absolutamente vegano. Me enorgullezco de utilizar la menor cantidad de medicamentos que me es posible, que se reduce a una mínima y acotada cantidad de pastillas para el dolor de cabeza, mal del cual por mas que hago esfuerzos no me puedo librar, no utilizo cueros ni lanas, etc.
Y aunque tengo algunas poleras y otras parafernalias sobre veganismo, aunque no las exhiba no me siento menos vegano, un ser humano completamente satisfecho con ser como es, así es como me considero.
Pero mas que nada, mas que cualquier otra cosa traducida de la palabrería típica de muchos veganos, me incluyo y lo reconozco, siento que soy una persona justa, me levanto y me acuesto por la noche sin culpa alguna, no necesito asesinar o ser cómplice de asesinato para asegurar mi subsistencia. Es esto particularmente lo que mas valoro del veganismo, el que mi estilo de vida, sano y compasivo, me brinde la mas absoluta tranquilidad que podría esperar de cualquier cosa, y es realmente invaluable la sensación de justicia en el fondo de tu corazón. El sentirte no bueno, por que es un concepto que no me gusta usar, pero si sentirte justo, creo que no se tiene muchas formas de expresarlo.
Tal vez esto no es algo en lo que los veganos hagan muchos reparos, me refiero que tal vez no es algo en lo que los veganos gasten sus cotizadas horas de reflexión. Pero es buena hora para re-valorar nuestros valores si así puedo decirlo. La justicia es una gran idea, y es muy importante para personas que tienen mayores intereses que anhelos materiales o faranduleros, el tan solo sentirse bien con uno mismo, sentir y estar seguro de que tu opción es la correcta, que vas por la senda indicada que sea reafirma día a día, con cada mínimo gesto que te confirma que eres vegano y finalmente y como he dicho siempre, tener la clara convicción de estar haciendo lo correcto.