miércoles, abril 7

Historia de Warén

La semana siguiente al terremoto, junto al equipo de veterinarios de Socorro Animal Chile (SACH) en terreno, volvíamos de un exitoso operativo en Lota, cuando por Coronel paramos nuestra camioneta para revisar a un perro que vimos a un costado del camino ya casi sin pelo debido a la sarna. Nos detuvimos y lo examinamos, además de alimentarlo un poco y darle algo de cariño, cuando en eso una pareja nos dice que en un paradero de micros hay unos cachorros en una caja de cartón. Seguimos avanzando y unos 300 metros más adelante me bajo corriendo a ver si están los perros o no, al llegar me doy cuenta de que hay 3 cachorros, dos de color café y uno negro.
De izquierda a derecha, el negro estaba muerto y rígido, las hormigas se lo estaban empezando a comer. El segundo estaba con hormigas en la boca y los ojos, pero luego de tocarlo me doy cuenta de que reacciona. El tercero todavía estaba vivo y en mejores condiciones que el segundo.
Miro a Enrique, uno de nuestros veterinarios que estaba en la camioneta y le hago un gesto con la mano de que hay 3 pero 1 estaba muerto, entonces se acercan corriendo Fabián y Carolina, dos de los otros profesionales que integraban el equipo. Entonces el primero me dice “bueno, quizás podemos salvarlos, pero necesito preguntarles quién se hará cargo de ellos, porque es necesario que alguien los cuide día y noche porque sino van a morir si o si”.
Sin pensarlo mucho le dije que yo me haría cargo, en realidad no pensé en nada, simplemente le dije que sí, era eso o dejarlos morir. Los subimos a la camioneta y comenzamos a reanimarlos, Carolina trataba con respiración boca a boca e inyectando suero a ambos, no sabíamos cuánto tiempo llevaban ahí; si uno ya había muerto a los otros dos no les quedaba mucho tiempo. Les tomamos la temperatura y estaban innegablemente hipotérmicos. Así estuvimos por más de una hora reanimándolos, finalmente los médicos dijeron que no había caso con uno de los cachorros y no pudimos hacer más por él que sacrificarlo y terminar con su agonía.
Luego de eso venía quizás lo más difícil, mantener a un cachorro de aproximadamente 1 semana de vida (pudiendo ser quizás menos) sano y salvo, y luego quizás buscarle una familia que lo quiera.
Así es como conocimos a Warén. La pequeña no era más grande que el porte de mi mano. Durante las primeras noches tuve que dormir con ella y luego de jornadas de socorro animal de 12 o 13 hrs por las zonas más afectadas de Concepción, tenía que despertar cada 2 horas para que comiera e hiciera sus necesidades. También protegerla de los temblores, algunos de ellos muy fuertes y en donde lo único que yo pensaba era en protegerla a cualquier costo.
El equipo completo de SACH vivió y vio recuperarse a Warén desde la agonía en la que la encontramos. Hoy está conmigo en mi casa en Santiago, es la regalona de la comunidad con la que vivo. Está dando sus primeros pasos y a veces ladra, claro, da ladridos de un perro que tiene cerca de 1 mes de vida. Le damos leche para cachorros cada 4 horas aproximadamente y tenemos que estar pendiente de cada vez que quiere hacer caca o pipí.
El domingo fuimos a pasear a un parque y anduvimos en bicicleta. Ella asomaba su cabecita de un bolso, lamentablemente no hay cascos para perros de 1 mes. Ahora Warén está bien, creo que es feliz viviendo conmigo y por lo menos yo, la amo desde el primer momento en que la vi.