martes, enero 18

CH 41, Huanta - Antofagasta - Arica

Nos levantamos temprano y con una idea clara, cruzar la cordillera a como diera lugar hasta Jachal en la Ruta 40 de Argentina. Fue difícil despedirme de mis papás, mas sabiendo lo aprehensivos que son pero igual tomamos el bus con dirección al cruze de Paihuano, el último cruce antes de seguir derecho hasta el otro lado de la cordillera.
Confiábamos en la buena voluntad de las personas, pero dos horas mas tarde solo un encañado conductor se decisió a llevarnos. Nuestra próxima parada fue Huanta, un pueblo perdido en la montaña, en el Alto Elqui, luego de eso, solo está Juntas del Toro -Paso Fronterizo-  y mas allá una montaña de 4.765msnm.
Algo así como 5 horas pasaron hasta que aparecieron un par de italianos, Giaccomo y Matias, casi tan perdidos como nosotros y buscando un aventón hasta el otro lado del bardo, pero a esa hora imposible, el cruce lo cierran a las 5 de la tarde. No pudimos hacer nada mas que sentarnos ahí y perder nuestro tiempo, la voluntad de los conductores no era mala, era NULA y así se difuminaba en el horizonte nuestra opción de respirar nuevos y buenos aires trasandinos.
Un llamado telefónico como siempre salió a nuestra ayuda, mi papá en una nueva demostración de bondad inmensa, viajó 100kms hacia el interior de la montaña y nos recogió en su crazy combi. Volvimos derrotados y exhaustos, llenos de tierra y sin mas que las ganas de dormir para volver a intentarlo mañana y quizás por nuevas rutas.

No es fácil levantarse otro día a intentar hacer lo mismo, pero decidimos tratar por la 5 norte -Panamericana- en vez de la funá Ruta Ch 41, pero nuevamente solo encontramos sol y mala voluntad. estuvimos algo así como 6 horas y caminamos 10kms intentando lograr algo hasta que finalmente escuchamos la voz de alguien diciendo "Voy Pal Norte"... nos subimos y de pronto estábamos en una caravana de 3 vehículos; unos choferes llevando autos con el tacómetro desconectado y sin cuenta kms hasta Antofagasta. Tuve el privilegio de conducir al atardecer y al amanecer por el desierto, vi ponerse y salir el sol, durmiendo un par de horas entre medio y esta mañana desperté llegando a la capital de la segunda región.

Compramos dos pasajes por menos del precio normal y anduvimos unas 12 horas más. Esta vez en un bus. Sentí la pena de no poder ver  a un amigo en Iquique y la angustia que últimamente tanto me visita. Lo último no lo entiendo muy bien, pero solo espero que no me juegue malas pasadas, sin embargo es extraño, nunca había tenido crisis de pánico y en los últimos 6 días ya van 2, la de hoy me dejó un poco mas preocupado pero por lo menos tengo fe en que podré superarlo. Ahora estoy en Arica escribiendo mi historia a las 3 de la mañana después de varias cervezas con unos gringos y un peruano buena onda, me voy a dormir porque mañana me voy a la paz, pero si algo puedo extraer de todo esto es que hay algunas personas que son muy mala onda y que no se dan cuenta que frustran ideales nobles de viajes y nuevas experiencias, pero también hay otros que están llenos de buena onda y voluntad, de esos será el reino de los cielos. Mañana me voy a las 11am a La Paz. Adiós!