Delgado no Atlético

Tan pronto me bajé del avión me di cuenta de que el choque cultural había empezado. De buenas a primeras todo parece extrañamente similar y me recordé a aquella pareja de Australianos que conocí en Borneo quienes habían viajado por casi todo el mundo, quienes decían que era muy extraño ir a cualquier parte del mundo y ver básicamente lo mismo en todos lados. Todo parece familiar, porque en realidad todo parecía bastante similar al rumbo que siguen las cosas en mi país pero más en Australia, mi último hogar antes de venir a esta tierra tan lejana en el corazón de Asia.

En el aeropuerto de Seúl existen más tiendas para comprar cosas relacionadas con la moda que en cualquier otro aeropuerto que yo haya visto en mi vida. Tiendas de ropa de renombradas marcas más que repetidas en occidente y que por lo general son el nombre completo de quizás que millonario en Europa o Estado Unidos. No es que no me gusten, es sólo que no entiendo el sentido en comprar ropa con un valor excesivo que viene de exactamente la misma fábrica perdida en algún país no muy lejos de aquí donde hacen mi ropa que cuesta probablemente un tercio del precio de diseñador, pero como todos sabemos lo importante no es lo que vestimos sino que la marca que exhibe la etiqueta. Luego vienen las tiendas de accesorios donde costosos relojes, joyas y carteras están en todas las vitrinas de grandes tiendas excesivamente iluminadas y simplemente repletas de gente, les recuerdo, todo sin siquiera haber dejado el aeropuerto.

Ya en la ciudad y como me pasa con muchas grandes ciudades, me voy un tanto ciego por las luces, los edificios y todo el desarrollo de sociedades que en mi imaginación jamás habían parecido asi de desarrolladas por lo menos en términos de infraestructura. Antes de venir aqui sólo existia una vaga idea probablemente salida de series como Robotech, Neon Evangelion o uno de esos. Sin embargo poco a poco voy viendo gente local; me doy cuenta de algo que había leído y es el nivel de homogeneidad de esta sociedad. No es que quiera ser racista pero siempre decimos en occidente de que la gente en Asia se ve toda un poco parecida. Creo que no es una generalización discriminatoria sino que efectivamente la sociedad coreana ha se ha mantenido lejos de cualquier tipo de influencia étnica y cultural por muchos años haciendo de esta una sociedad efectivamente muy homogénea.

Sin embargo es indiscutible que la sociedad coreana está absolutamente obsesionada con la apariencia. Basta sólo con recorrer las calles y las estaciones de metro para darse cuenta de que la cantidad de tiendas de ropa y maquillaje es abrumadora. No hay que caminar mucho para encontrar desde los más pequeños accesorios hasta zapatos de mujer de todas las formas y colores, extrañamente no de hombres. Eso no quiere decir que no haya visto hasta este punto a hombres con zapatos de mujer, pero creo que eso es sólo cosa de gustos. Sin embargo llama la atención que no es tan solo algo que está enfocado hacia el público femenino sino que el cuidado personal de muchos hombres coreanos es destacable, si así puedo decirlo. No hay ningún detalle que haya sido dejado al azar. Tanto como el botón de la camisa como los lentes ópticos; todo debe hacer juego en una suerte de look tipo fragata mediterranea. Obvio con mocasines y todo.

Me pasó en un par de ocasiones que veía pasar gente y yo pensaba “esos lentes son un poco extraños, hay algo en ellos que no sé lo que es, que los hace verse un poco sospechosos” y efectivamente eran sospechosos solo que para mi sorpresa no es que tuviesen algo sino que les faltaba algo y me refiero justamente… a los cristales. Entonces ahora me cuesta un poco entender porque alguna persona quisiese caminar todo el día por ahí con un adorno en la cara que no tiene ninguna utilidad, pero claro ahora y luego de un par de semanas en esta sociedad, entiendo que la utilidad es justamente esa, verse bien. Sin embargo nada que no haya visto antes.

Retomando el punto de este artículo, cuando fui por primera vez al gimnasio del edificio en que me estoy quedando, me sorprendió que no habia nadie. Entiendo que quizás es por el hecho de que es básicamente un hotel solo que habemos algunos residentes de más a largo plazo, entonces pensé, bueno quizás no hay muchos residentes que vienen o quizás los que están de visita tampoco les importa. Luego un día fui a un E-Mart que está a algunas cuadras de distancia, está en un subterráneo y justo antes de entrar hay un gimnasio bastante grande, donde me llamó la atención nuevamente de que no había nadie. Fui en un par de ocasiones más a ese mismo supermercado pero siempre vi que el gimnasio estaba vacío. He estado pensando en ofrecerme como promotor oficial de su gimnasio considerando que soy casi el único que ocupa el de mi edificio y el de ellos es bastante mejor, pero bueno no es el punto aquí. Todo esto me parece un poco extraño considerando que tanto en Chile como en Australia los gimnasios a casi cualquier hora están llenos de gente. En Australia es un poco más que en Chile pero de lo que yo recuerdo en Santiago por lo menos cuando yo dejé el país habían muchos de estos que no cerraban nunca y muchas veces pasé a las 2 o 3 de la mañana y me daba risa ver gente corriendo o usando las bicicletas.

Un día domingo fui a visitar el bosque de Seúl, un lugar bastante bonito en un lugar perdido y a mi opinión, residual, de la ciudad. Sin embargo cuenta con excelentes atracciones así como espacios de recreación y para hacer deportes entre ellos patinaje, tenis, badminton, etc. Cuando iba de camino a allá me di cuenta de que en el mismo metro iba mucha gente con equipo de trekking. Sin embargo tanto la gente en el metro como en el parque eran todos de avanzada edad. Incluso a los costados del gran río Han existen muchas instalaciones donde la gente puede ir a ejercitarse así como largas y modernas ciclovías. Una vez más las instalaciones al costado del río estaban siendo utilizadas por personas mayores y sólo en las ciclovías era posible un poco más de gente joven, digámoslo así de entre 25 a 40 años.

Entre todo esto me empezó a dar vuelta una idea en la cabeza y tan solo después de que mi novia me dijera que conversando con una colega coreana, esta le había dicho que lo importante aquí no es ser esbelto sino que simplemente delgado. Y derrepente todo cayó en su lugar, los gimnasios vacíos, los viejos haciendo ejercicio, etc. Simplemente no es un requerimiento social el hacer ejercicio y mantenerse esbelto como es la tendencia en muchas partes de occidente. La sociedad tampoco premia a quienes hacen eso con su vida sino que el estándar de belleza es ser delgado. No muy grande ni muy flaco sino que simplemente delgado, usar ropa ajustada en el caso de los hombres y en el caso de las mujeres como sus condiciones genéticas no los llevan a ser gordos, en general, ni a acumular grasa en sus caderas o muslos, como lamentablemente le pasa a muchas de las mujeres en occidente. La dieta tampoco es excesivamente llena de grasas o aceites como también suele ser la regla en occidente por lo tanto es facil comer sin engordar.

Sin embargo en una sociedad que consume más cirugías plásticas que McCombos y en donde el mantener las medidas correspondientes a su propio pero nuevo estándar de belleza, es difícil mantener el paso. Cuando los niños salen de la escuela en cualquier otro lugar del mundo estaríamos preocupados de que alguien les pudiese vender drogas. Sin embargo eso no pasa en Corea del Sur y el mayor riesgo a mis ojos, pero no a ojos de los coreanos es que a las niñas les dan panfletos de cirugía plástica y cuando las ahora mundialmente famosas estrellas del nuevo pop coreano son consultadas acerca de su opinión respecto de esto, ellas muchas veces responden que “las técnicas han evolucionado y que es muy seguro tener una cirugía plástica en estos días”. La cirugía de doble párpado aquí en Corea se realiza en números que exceden lo creíble y cuando lo empiezas a ver en la calle es simplemente extraño, no porque se vea mál sino porque es evidentemente no natural y en mi opinión más que verse bien se ve un poco como un dibujo de anime.

Leí hace algunos días un blog de una profesora de inglés de estados unidos que tiene ascendencia coreano-filipina y que estuvo viviendo en Corea por alrededor de un año. Cuando le ofrecieron extender su contrato ella simplemente se rehusó porque en términos concretos no da con la talla de la sociedad coreana, literalmente. Siempre era o muy alta o muy morena o grande, etc. Teniendo problemas siempre que quería comprar ropa o maquillaje porque simplemente no era del gusto de las vendedoras ni de los diseñadores. Y no solo ella sino que también me pasó a mi hace algunos días que comprando zapatos nunca tenían suficientemente grandes como para mi, situación que normalmente no es problema en occidente, pero aquí si no tienes una estatura de entre 1.60 y no mucho más de 1.75, simplemente no vas a tener muchas opciones, por más que te esfuerces en buscar. Lo importante es una piel tersa y blanquecina, una figura delgada pero no atlética, tampoco es necesidad algún deporte para mantenerse saludable. Por el contrario parece que el deporte nacional es beber tanto como puedas cada día después del trabajo y en los fines de semana, dormirse borracho en la calle no es problema

Entonces si la actividad física es algo reservado para generaciones mayores y la cirugía plástica en cambio y la moda son la característica de las más jóvenes, me pregunto cual será la característica principal de la generación joven del futuro? Será como las avanzadas leyes permisivas de países como Holanda que de principio permitieron el uso de drogas y la expansión y regulación de los barrios rojos, proyectos que hoy en día no son vistos con los mismos ojos que hace 20 años? Será la misma reacción que tendrán los coreanos del mañana? Interesante será ver eso sólo que lamentablemente en este caso los ojos de sus padres serán evidentemente más grandes que los de ellos, pero se sentirán avergonzados? O quizás llevarán el fenómeno a edades cada vez más tempranas? Cualquiera que sea la suerte o el destino de los jóvenes de hoy, espero que puedan ver en retrospectiva sin sentirse avergonzados de lo que hicieron con sus cuerpos y con sus ideas de belleza y solo como una humilde opinión, aveces es un poco menos invasivo el salir a correr por las tardes para tratar de verse un poco más atlético que querer cambiar los rasgos para verse socialmente “bello”.